jueves, 17 de enero de 2008

Los Principios de la Guerra analizados desde ejemplos históricos Peruanos


Después de leer varios libros sobre doctrina pude observar, que la mayoría de ellos, toma ejemplos de guerras ocurridas en otros países con otras realidades. Seguro de que las mejores enseñanzas las podemos sacar de nuestra propia historia, me he permitido buscar pasajes de ella, que nos facilite analizar, la correcta aplicación de los Principios de la Guerra.

Unidad de Comando:
Es asegurar la unidad de esfuerzo bajo un comandante responsable para cada objetivo.

Este principio fue puesto en práctica, durante el último gran enfrentamiento por la independencia “la batalla de Ayacucho”. El dispositivo organizado por el General Español Canterac, preveía que la división de vanguardia rodease la agrupación enemiga, cruzando el rió Pampas para sorprenderla, mientras el resto del ejército realista, descendía frontalmente desde el cerro Condorcunca.
El General Sucre quien comandaba a los independentistas, se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra, dando órdenes para que la división de Córdova, acometiera directamente a la masa desorganizada de tropas realistas. Asimismo ordenó el ataque por el flanco de la Legión Peruana y al mismo tiempo, dispuso que los diferentes batallones se desplazasen a sus dispositivos de combate, los violentos choques de las formaciones arrastraron en retirada al ejército realista, y sin una división de reserva que los ayude, la victoria de los independentistas estaba asegurada.
Esta victoria no se hubiera podido llevar a cabo, si todos los participantes no se hubieran subordinado a la dirección del General Sucre, recordemos que estas fuerzas estaban compuestas, por tropas peruanas, tropas colombianas, batallones de argentinos, chilenos, y venezolanos, quienes combatieron juntos bajo un solo comando, lo que fue determinante para la victoria.

Objetivo:
Es dirigir toda operación militar hacia un claro, definido, decisivo y obtenible fin.

Este principio de la guerra fue puesto en práctica, cuando tropas de asalto aerotransportadas del Cuerpo Aeronáutico del Perú, se embarcaron en aviones Caproni y en una exitosa operación de envolvimiento vertical, se tomó Puerto Bolívar el 31 de Julio de 1941, fueron los Sub-Oficiales CAP: Antonio Brandariz Ulloa, Carlos Raffo García y Armando Orozco Falla, los que integraron la trilogía de centauros alados que ese día glorioso, junto a otros peruanos, desarrollaron la primera acción de comandos aerotransportados en el continente americano, el objetivo seleccionado la ciudad de Puerto Bolívar, principal acceso a Machala, capital de la provincia del Oro.
El objetivo por su importancia, fué asignado a las Unidades del Agrupamiento Aéreo del Norte. Quienes en una operación histórica, lograron tomar la estación del tren y con ello inmovilizar, un gran cargamento de armas listas para ser distribuidas entre las tropas ecuatorianas. Esta fué la cuarta operación de paracaidistas en el mundo, y nuestros valerosos compatriotas, dejaron a todos los peruanos su ejemplo de cómo se vive y se muere por la Patria.

Ofensiva:
Es tomar, retener y explotar la iniciativa.

El principio de ofensiva fue aplicado el 21 de mayo de 1879, cuando el monitor Huáscar, al mando del Capitán de Navío Miguel Grau Seminario, y la Independencia al mando del Capitán de Navío Juan Guillermo Moore, ingresaron a la bahía de Iquique y se enfrentaron a los buques chilenos Esmeralda y Covadonga comandados, respectivamente, por Arturo Prat Chacón y por Carlos Condell de la Haza. El transporte Chileno, Lamar izó la bandera norteamericana, actitud que no sorprendió, ya que era el accionar del enemigo cada ves que se veía amenazado, al mismo tiempo puso rumbo al sur y empezó su huida, lo que fué imitado por la cañonera Covadonga, perseguida por la Independencia. Mientras tanto el Huáscar en Iquique, iniciaba su ofensiva contra la Esmeralda, buque que maniobró para colocarse delante de la población, con la intención de utilizarlos como escudo, una actitud más que pinta al enemigo de cuerpo entero.
Ante esto, con una actitud totalmente ofensiva, el comandante Grau decidió utilizar el espolón, realizando una maniobra riesgosa, pero gracias a su habilidad y experiencia, logró finalmente hundir a la nave chilena, cuyos sobrevivientes, por razones humanitarias, fueron rescatados por los marinos peruanos, cosa que ellos no hicieron con los náufragos de la Independencia.

Seguridad:
Es no permitir nunca que el enemigo adquiera o logre una ventaja inesperada o sorpresiva.


El principio de seguridad no pudo ser mejor empleado, como durante la toma de la Embajada del Japón por las Fuerzas Armadas del Perú, las cuales conocedoras que esté tipo de operaciones de rescate, requería extremar las medidas de seguridad, iniciaron su preparación en el más estricto secreto y con el tiempo necesario para prepararse adecuadamente, asimismo utilizaron los medios que brinda la inteligencia, para maximizar el éxito de la misión, las correctas medidas de seguridad, permitieron rescatar a casi todos los rehenes, con muy pocas bajas por parte de las tropas de asalto.
La historia confirmaría, que una adecuada combinación de los mejores elementos de nuestras Fuerzas Armadas, permitió realizar la operación, que mereció el reconocimiento nacional como internacional, tenemos que recordar que en otros lugares del mundo, operaciones similares, ocasionaron la muerte de un gran numero de los rehenes, así como grandes bajas en los miembros de las fuerza militar que realizo la operación, cosa que no ocurrió en el Perú.

Sorpresa:
Es atacar al enemigo en un lugar y momento o en una forma para el cual no esté preparado.


Este principio fué aplicado en muchas ocasiones, por la resistencia peruana al mando del General Andrés A. Cáceres, quien tuvo en jaque al ejército invasor. Fue así, como en Concepción, al mando de un pequeño ejercito, armado con piedras, ondas, palos y unas pocas armas, sorprendieron al ejército Chileno, compuesto por 76 hombres, los cuales se encontraban muy bien armados, la destreza de Cáceres para camuflarse, le permitió ganarse el apelativo de "El Brujo de los Andes", con su habilidad para buscar el momento oportuno y aprovechando la arrogancia del ejercito chileno, quienes no tuvieron la capacidad de repeler el ataque sorpresivo, siendo vencidos rápidamente.
Cuentan algunos historiadores, que al verse rodeados, los chilenos tiraron sus armas y se rindieron, sin embargo el odio que el ejercito de campesinos les tenían, producto de sus abusos, no evitó, se les pagase con la misma moneda, y al grito de “hoy no hay prisioneros”. Fueron ejecutados los hijos de las familias más renombradas de la sociedad chilena, entre ellos el sobrino del presidente chileno, que prestaban servicios en esa compañía.

Simplicidad:
Es preparar planes claros, no complicados y órdenes concisas que aseguren la comprensión del propósito que se persigue.


Este principio fué aplicado, en forma muy eficiente durante casi toda la guerra, por el Almirante Miguel Grau, quien se batió prácticamente solo después de haber sido hundida la Independencia, la Escuadra chilena estaba compuesta por dos enormes acorazados gemelos “Blanco” y “Cochrane”, asimismo por el “O.HIGGINS”, “Chacabuco”, y “Abato”, la cañonera “Magallanes”, la goleta “Covadonga”, el transporte “Lamar” y el vapor “Matias Cousiño". Su escuadra era quizás la mejor de América Latina. La Escuadra del Perú, no se había renovado en los últimos once años, y casi todas las naves se encontraban inmovilizadas y en proceso de reparación. Sin embargo el monitor "Huáscar" se constituyó en una seria amenaza, para las líneas de comunicaciones marítimas que sustentaban el esfuerzo bélico chileno.
El 26 de mayo de 1879 ataco Antofagasta, al día siguiente apresó dos naves mercantes en Cobija, el 3 de junio es avistado por el blindado "Blanco" y la cañonera "Magallanes", pero logra escapar después de un corto duelo de artillería, durante la noche del 10 de julio penetra en Iquique y ataca a las unidades navales que bloquean el puerto, el 17 de julio zarpa a interceptar un convoy chileno, una semana después captura al transporte "Rímac", con 300 carabineros y abastecimiento de guerra. Pese a que fué el objetivo prioritario de la Escuadra Chilena, siempre logró escabullirse, aprovechando la simplicidad como estrategia. Atacaba cuando debía y se retiraba cuando la situación lo exigía, este principio le permitió, tener a la escuadra chilena en jaque durante mucho tiempo.

Masa:
Es concentrar los efectos del poder de combate, en lugar y tiempo, para alcanzar resultados positivos.


El principio de masa, fue puesto en practica durante el conflicto de 1981, cuando el buen equipamiento de los soldados ecuatorianos, indicaba su propósito de establecer una férrea resistencia, a esto se sumó, las duras características de la zona, con tupidos bosques y una cadena montañosa, estos factores facilitaron las infiltraciones ecuatorianas, en cuyos puestos operaban entre 200 y 400 soldados.
El 28 de enero de 1981, ante la negativa de Ecuador de retirar a sus efectivos del territorio peruano, se decidió realizar la operación de desalojo. El día 29 la Fuerza Aérea del Perú, descubrió que los ecuatorianos habían instalado una ametralladora antiaérea de gran calibre, que dificultaba la operación.
Todo esto motivó se planifique un ataque en masa, aprovechando medios terrestres como aéreos, por tierra más de 400 hombres de las tropas de la V región, avanzarían y atacarían las posiciones enemigas, precedidos del apoyo de la aviación, que con sus aviones A-37B realizaría misiones de bombardeo y sombrilla, los helicópteros del Grupo Aéreo Nº 3, que operaba en la zona, junto con los helicópteros de la Aviación del Ejército, iniciarían la operación helitransportada, llevando 150 hombres a Comaina, estos avanzarían hacía sus objetivos, junto a una flota de helicópteros artillados que atacaría en forma simultanea, disparando fuego nutrido de cohetes contra los invasores. Esta exitosa operación, con una gran cantidad de hombres, motivó el repliegue inmediato de las tropas ecuatorianas, el principio de masa correctamente aplicado, permitió la rápida victoria.

Maniobra:
En un movimiento coordinado se mantiene al enemigo fuera de balance.

Principio puesto en práctica en 1877, cuando el Capitán de Navío A.P. Luís Germán Astete, se rehusó a rendir su nave, y se batió con notable destreza en el memorable combate de Pacocha, contra dos buques ingleses, la fragata H.M.S. "Shah" y la corbeta H.M.S. "Amethyst”. La acción se llevó a cabo durante varias horas, en que los buques británicos pese a su gran ventaja de artillería no pudieron, hundir al blindado peruano, que respondió el fuego y maniobró con gran habilidad, evadiendo no sólo los disparos enemigos, sino también un torpedo autopropulsado, que los británicos utilizaron por primera vez en la historia. Habiendo fracasado en su intento de derrotar la nave peruana, los británicos se retiraron del escenario.
Desde el punto de vista de la guerra naval, el combate de Pacocha, tiene gran trascendencia, dada la calidad de los buques ingleses participantes, con grandes cañones, torpedos, granadas perforantes y tripulaciones de la primera marina del mundo. Los cuales se vieron superados por el blindado peruano que con gran maniobrabilidad supo colocarse en posiciones favorables, logrando la huída de Iquique, del Almirante Algernon M. de Horsey Comandante en Jefe de las Fuerzas Navales de su Majestad Británica en el Pacífico.

Economía de Fuerza:
Es asignar el mínimo esencial de poder de combate para esfuerzos secundarios.


Este principio fue aplicado, durante el conflicto con la Gran Colombia, el Perú era una naciente república, contaba con limitados medios tanto militares como económicos, que le permitieran sostener un conflicto de estas proporciones, el primer encuentro se produjo en agosto de 1828, cuando la corbeta Libertad, al mando del Capitán de Corbeta Carlos García del Postigo, se hallaba en aguas internacionales frente al golfo de Guayaquil, con la intención de controlar e interceptar las naves que entrasen y saliesen del puerto, los peruanos eran consientes que con los pocos medios que disponía, era muy difícil establecer un bloqueo de Tumbes hasta las costas de Panamá, lo que motivo un planeamiento detallado, en el que a través de relevos adecuados y un optimo uso de los medios, permitiera cumplir con la misión.
La escuadra nacional al mando del Vicealmirante Jorge Martín Guise, junto con otros valerosos marinos, se dirigió a Guayaquil, y realizó varias incursiones antes de atacar el puerto, fué el uso adecuado de los medios, lo que permitió a éstos marinos peruanos, cumplir con la misión que se le había asignado, durante uno de estos ataques fue impactada la fragata Presidente, muriendo el Vicealmirante Guise, sin embargo el Puerto de Guayaquil fué tomado por los peruanos pocos días después, los marinos peruanos se dieron maña para incursionar en Panamá y tener en jaque a la escuadra Grancolombiana, durante todo el tiempo que duro el conflicto.
Este artículo fue escrito por el Comandante Fuerza Aérea del Perú, Luís González Buttgenbach

1 comentario:

Luis dijo...

La toma de puerto Bolívar (artículo publicado en el diario La Industria, Chiclayo, 31.07.1991)
Por: José Millones Liza (Tec. 2ª. FAP r)

Hoy 31 de julio de 1991, han transcurrido 50 años de un hecho de enorme trascendencia en la historia moderna del Perú, que representa un hito histórico que debemos resaltar y renovar con el más profundo sentimiento patriótico, pues significa enaltecer los más altos sentimientos de entrega y valor de un grupo de peruanos, que imbuidos solo por el amor a su país, ejecutaron acciones de enorme riesgo, que gracias al mismo acto de arrojo sorprendió a las fuerzas enemigas en el conflicto del año 1941.
La toma de puerto Bolívar en Ecuador que significó una acción tácticas sorpresiva y que definió el conflicto a nuestro favor, fue ordenada por el jefe del Comando de Agrupamiento, coronel César Alvarez Guerra y en ella tomaron parte solo personal subalterno de la Fuerza Aérea y estuvo compuesta por los siguientes combatientes:
Jefe, S.O Mto. Adolfo Granadino Gamarra. Paracaidistas: sub oficiales Antonio Brandariz Ulloa, Carlos Raffo García y Armando Orozco Falla. Comando terrestre: Sgtos. Carlos Farfán Tijero, José Millones Liza, Lazaro Cruz la Torre; avioneros: Manuel Bazán Martínez, Rómulo Vite Arrunategui e Isaías Falla.
El vestuario de campaña estaba conformado por ropa de campo con capote, como armamento llevábamos fusil Mauser calibre 7.65 con 90 tiros, cinturón y bayoneta. No se incluían víveres, ni otros objetos.
La acción táctica consistió en tomar puerto Bolívar por aire y tierra, acción que constituía una novedad en América Latina y que había significado en aquélla época de la Segunda Guerra Mundial una acción táctica de gran impacto estratégico en los países beligerantes.
El asalto en paracaídas constituyó un acto de arrojo y valentía, el territorio era desconocido y los paracaidistas fueron arrojados sobre las aguas del océano y fueron llevados por el viento hacía el objetivo enemigo. Y para tal efecto tuvieron que sortear una franja de tierra y cruzar el Canal de Jambelí, que tenía entrada y salida para los buques ecuatorianos que aprovisionaban a la provincia del Oro (Ecuador).
Sincronizadamente los combatientes de tierra en apoyo a nuestros compañeros paracaaidístas, habíamos sido trasladados en un avión Capronia a un pequeño campo, cerca a la línea férrea que une Machala y Puerto Bolívar y luego por la vía del ferrocarril emprendimos la marcha hacía Puerto Bolívar.
Entramos alrededor de las 6 de la tarde sin hacer ningún disparo, reinaba el silencio total. En la noche fuimos blancos de francotiradores que disparaban desde el canal. Respondimos casi a ciegas.
Al día siguiente cambiamos nuestras armas, pues ya no teníamos municiones y por suerte encontramos furgones abandonados con fusiles nuevos y municiones, así como cañones anti aéreos Breda con munición pero sin percutor.
Al tercer día aterrizó un avión anfibio en el canal al mando del capitán Isaac Zapater, al cual lo recibí y llevarlo donde el jefe de la plaza S.O.M Adolfo Granadino, al cual comunicó que habíamos alcanzado la victoria.
Al otro día, estando de centinela a la entrada de Puerto Bolívar, en la línea férrea que la une con Machala, escuché que se acercaba un tren, fue una larga angustia e hice disparos para alertar al jefe de la plaza. A medida que se acercaba el tren pude distinguir pañuelos blancos, sin embargo seguí haciendo disparos al aire hasta que puede divisar que eran de los nuestros, salí de entre la maleza y los dejé pasar.
Recuerdo que llegaron al mando del mayor Guillermo Van O´rdt, los oficiales Polidoro García, Humberto Galino. Marcial Burgos, entre otros.
Habíamos triunfado y regresamos victoriosos y muy orgullosos de haber defendido nuestra soberanía.