Como sucedió con el Imperio Persa, y siglos después con el Imperio Romano, hoy estamos viendo la caída del Imperio Norteamericano, el hegemón del mundo, desde la caída de la antigua Unión Soviética. Cuando en el año de 1989, cayó el muro de Berlín, el mundo pensó que empezaba una larga era, en la cual Estados Unidos, no iba a tener mayores problemas para mantener su supremacía, sin embargo esto no fue así, la globalización, los adelantos tecnológicos constantes, el crecimiento vertiginoso de otros estados, sumados a una mala administración de su economía, lo han llevado a convertirse en el Imperio más fugaz y corto de la historia.
La deuda total de Estados Unidos (pública, empresarial y personal) alcanzó los 50 billones de dólares en el primer trimestre del año 2007, esto equivale a que cada norteamericano, sin importar su edad hoy debe 165,000 dólares y su deuda sigue creciendo, al compás de su imparable déficit, con una sociedad acostumbrada a vivir bajo la cultura del crédito, esto quiere decir a gastar más de lo que gana. Asimismo, los últimos indicadores macroeconómicos mostrados por la economía americana, originan el canje inevitable de las reservas de otras potencias, a monedas más estables, esto va marcando la muerte anunciada del dólar y junto con ello el final del Imperio Norteamericano.
Podemos observar en primer lugar, la recesión inmobiliaria que está cada vez peor, es la más aguda en los EE.UU. de las últimas décadas, en segundo lugar, el consumo privado que representa el 70% del Producto Nacional Bruto, que ha caído en el segundo trimestre de este año, y con tendencia ha la baja, en tercer lugar, están los pagos de intereses, los cuales consumen, una proporción cada vez mayor de los ingresos, compitiendo así con los pagos de vivienda, salud y combustible, los cuales van subiendo, mientras que los ingresos y beneficios están bajando.
Estos indicadores económicos confirmarían la tendencia, el pronóstico más probable, como lo acaba de sostener la revista alemana Spiegel, así como un gran número de especialistas en el tema, es que la economía norteamericana, se encamina inicialmente a una recesión en el corto plazo y después a algo mucho peor. Si quedase alguna duda, hace pocos días, el secretario del Tesoro Henry Paulson dijo: “A la vista de los acontecimientos, la situación de los mercados financieros, empeoraría con la incertidumbre en el mercado de los bonos del Tesoro, por eso pido al Senado que apruebe el proyecto de ley, considerado por el Comité de Finanzas, para aumentar el límite de la deuda lo antes posible''.
Como vemos la única estrategia por ahora, es seguir endeudándose. Sin embargo esa no es una solución, la siguiente pregunta que nos hacemos es ¿como no pudieron, darse cuenta antes? La respuesta es, si lo hicieron. Desde los años 80, uno tras otro, los encargados de las finanzas públicas, están intentando revertir este problema sin éxito, este gobierno encabezado por los republicanos George W. Bush y Dick Cheney quiso aplicar una nueva estrategia, ésta la podemos sintetizar como la combinación de dos operaciones, que apoyándose mutuamente, deberían haber relanzado y consolidado el poderío de los Estados Unidos, una era la expansión rápida de una burbuja consumista-financiera, para producir un fuerte despegue económico, asociada a una ofensiva militar sobre Eurasia, que le daría la hegemonía energética global y desde allí la supremacía financiera, arrinconando a las otras potencias como China, Unión Europea, Rusia, India, sin embargo, esto no dio los resultados esperados agravando la situación.
El mundo pensó que la caída del Imperio Norteamericano, sería producto de una tercera Guerra Mundial, o por lo menos de un conflicto de grandes dimensiones, sin embargo, no debemos olvidar que cuando cayó la Unión Soviética, no hubo ningún tipo de conflicto. En esta ocasión, el factor económico será nuevamente determinante, hoy el entorno económico de los Estados Unidos, se ve cada vez más complicado y con matices de irreversible, la deuda es tan grande, que a pesar de su gran poder económico, no estaría en capacidad de poder pagarla, sin embargo hay personas que creen lo contrario, pienso que en los próximos 25 años, tendremos la respuesta, y podremos saber quien tenía la razón.
Este artículo fue escrito por el Comandante Fuerza Aérea del Perú, Luís González Buttgenbach.